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La Plata, Buenos Aires, Argentina

viernes, 28 de enero de 2011

Nota Ole


Leandro Larrouyet
| 27-01-2011 El equipo de Cappa volvió a dar cátedra en el Bosque: de la mano de Guillermo, bailó y goleó a Danubio ante 6.000 triperos. El Lobo no para de ilusionar...

Sólo necesitó una ráfaga de precisión. Con eso le alcanzó a Gimnasia, con el Mellizo a la cabeza, para golear a Danubio de Uruguay y demostrar que el estilo de juego que Cappa intenta plasmar en sus equipos ya está en el disco rígido de los jugadores.

Si bien los primeros minutos mostraron un encuentro de ida y vuelta, poco a poco el Lobo se fue haciendo dueño de la pelota. Y el principal responsable de que eso sucediera tiene nombre y apellido: Juan Neira. El joven delantero estuvo imparable. Se posicionó como enlace y se encargó de manejar los hilos del equipo en la ofensiva. Metió, corrió, tiró lujos e hizo enrojecer las palmas de los 6.000 hinchas que dijeron presente en El Bosque. Pero el nivel del atacante no fue el único que le sacó una sonrisa a Angelito. César González y Guillermo también hicieron lo suyo, moviéndose constantemente por todo el frente de ataque. Se cansaron de jugar a dos toques y de participar en el armado de las situaciones de peligro. Sin embargo, el encargado de abrir el marcador fue otra de las figuras: Rinaudo, con un remate desde lejos, que se desvió y descolocó al arquero Goicoechea.

Fue el principio del fin para los uruguayos. En ese momento, Gimnasia se decidió a liquidar el pleito lo antes posible. Y lo consiguió: un centro desde la izquierda del Mellizo y el cabezazo del solitario Agüero aumentó la ventaja. Mientras que el Maestrico estableció el 3-0 con un gesto técnico estupendo: dejó a dos rivales en el camino y picó la pelota ante la salida del arquero. Fue tal la magnitud de la jugada, que generó el aplauso del presi Delmar, ubicado en la platea. Gimnasia disputó su mejor partido en lo que va del año y aumentó, aún más, la ilusión de sus hinchas, quienes en varias oportunidades tronaron con un “ooole, oooleee” cuando el equipo tocaba la pelota. Cuadro especial para el cuarto gol: Rinaudo la tomó en la mitad de la cancha, esquivó tres rivales y la clavó en el ángulo. Y coronó un primer tiempo tan magistral, que el segundo fue decorativo. A la cátedra le sobró un tiempo.
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Neira tiene mucha calidad

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