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La Plata, Buenos Aires, Argentina

viernes, 28 de enero de 2011

Blog de Ole por Pablo Ramon

Viernes, 14 de Enero 2011, 22.29

Pablo Ramón - pramon@ole.com.ar
El extraño oficio de ser hincha de Gimnasia¿Qué es ser hincha de Gimnasia? Es una pregunta difícil de contestar, a veces lo analizo yo mismo, cuando me veo echando a perder un domingo familiar porque el Lobo perdió. Las definiciones de enciclopedia no nos sirven, no nos representan ni nos incluyen, sencillamente porque se basan demasiado en lo tangible, en la relación cuánto ganaste/cuánto perdiste. No vamos a negar que esta corriente tiene muchos adeptos, pero es demasiado cuántica, demasiado fría, cuando de Gimnasia se trata. Según este teorema, ayer no tendría que haber ido mucha gente a Estancia Chica. Haciendo cuentas, analizando curvas estadísticas, logaritmos y cuadros sinópticos, daría algo así como 14,3 simpatizantes (y no sabemos bien cómo explicar ese coma tres, pero bué...). Entonces, ¿desde dónde pueden explicarme los Refutadores de Leyendas la presencia de más de 7.000 personas (sí, un siete y tres ceros), un viernes a la tarde de pleno enero, para ver a un tipo que vuelve después de 13 años y pico, y encima nos recuerda a cada paso que estamos, con él, en el fondo del mar.


Confieso que en mi derrotero de hincha creí haberlo visto todo. Pero esta manifestación así no me la esperaba. Y desde ahí se puede retomar la definición. Los triperos somos, ante todo, un grupo de sobrevivientes que acumula naufragios como caramelos y que se alimenta de los desamores más terribles. Lo sé: no es una caracterización prometedora y que sirva para entusiasmar a nuevos adeptos. Sobre todo porque también tenemos una compulsión a la rotura de carnets, pero antes de que los restos caigan al piso ya estamos juntando los cachitos. Algo más: no necesitamos de victorias, esto está más que claro, para que la pasión fluya y se propague. Tenemos poca vitrina porque, es cierto, los triunfos nos han sido esquivos, pero también porque nosotros exhibimos militancia, compromiso, nos gusta la bulla, la calle, el quilombo, la locura en movimiento y tanto no un ataúd de ojalatas que se oxidan con el tiempo. Que no se entienda esto como un catálogo que castiga otras manifestaciones del ser hincha. Que cada uno disfrute desde el lugar que le tocó. Ahora nos encontramos así, felices porque volvió Guillermo y eso nos encendió el corazón. Igual estamos en el sótano, todos lo sabemos, pero nos salimos del cuerpo para ir a la cancha, para perseguir sueños. A nosotros nos gusta corretear más que atrapar: porque ilusión que se encierra es ilusión que se muere.


¿Será esto ser hincha de Gimnasia?

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